La adolescencia es una etapa de fase de autonomía, individuación, rebeldía, exploración, pasiones y emociones intensas y relación con el grupo de iguales.
Muchos padres se enfadan mucho porque a estas edades tienen unas expectativas exageradas de como han de comportarse y ser de maduros sus hijos, pero para que un hij@ sea responsable y maduro, tenemos que ayudarle, enseñarle a pensar, ser pacientes, gestionarles emocionalmente y sobre todo dar un reconocimiento y tener un acercamiento con un interés genuino por ellos.
En esta época de la vida es importante mantener la calma, si reaccionamos exageradamente a sus rabietas, peticiones y estados de ánimo alterados, el adolescente va a comprender que no podemos ayudarle y se va a alejar de nosotros, para poder acercarnos a ellos será mejor estar disponibles y accesibles, cercanos, amables y que nos vean felices.
Unos padres amargados, infelices, con adicciones o problemas graves (emocionales, sociales, laborales, relacionales), o insatisfechos, no son un buen ejemplo y causan heridas emocionales en los hijos, algunos de ellos se preocupan y se inquietan mucho, se enfadan, se sienten impotentes y frustrados y esto les puede llevar a fracaso escolar, consumo de drogas, autoagresiones, adicciones, aislamientos. En otros casos los adolescentes se ocupan demasiado de los padres, sobreadaptandose a lo que se espera de ellos y dejando de lado sus propias necesidades emocionales, relaciones o sociales, lo que a largo plazo conlleva problemas de confianza, autoestima, dificultades para la intimidad emocional y el logro de una autonomía plena y satisfactoria.
Si te dedicas con ilusión, curiosidad y cariño a tus hijos adolescentes, verás que serán adultos sanos y responsables, no tires la toalla, aunque no lo parezca, te necesitan mucho!! Informate, habla con otros padres y si ves problemas atájalos a tiempo buscando pronto ayuda profesional.
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